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Según el mismo Beigbeder «la novela es una
crítica satírica de nuestra forma de vida, de nuestra época a partir de la
historia de un redactor publicitario, que es al mismo tiempo un ganador y un
perdedor, pues aunque simboliza la cúspide del éxito social y financiero,
también es un desesperado y un impotente».
Viendo mejor el contexto del autor, este comenzó
su carrera publicitaria a los 24 años «sabiendo donde entraba» y sin que ello
supusiera una contradicción: «era un cínico que sólo quería ganar dinero».
Precisamente, el cinismo y el desprecio son, en su opinión, ingredientes
necesarios para ser buen publicista, porque «sabes que vas a mentir sobre los
productos».
Beigbeder contempla asimismo la publicidad como
«un nuevo tipo de religión». De hecho, para el escritor, «Jesucristo fue un
gran publicitario, que inventó el logotipo, la cruz; lanzó el primer eslogan:
amaos los unos a los otros; y sentó las bases para que las iglesias funcionaran
como grandes supermercados, en los que los feligreses son considerados como
consumidores.
Como agregado , el protagonista hace una
reflexión sobre las 10 reglas no escritas del creativo publicitario. Las cuales
resumiré a 6 por q sino se me acaba el espacio en el blog:
1. Un
buen creativo no debe dirigirse a los consumidores sino a las 20 personas
susceptibles de contratarte (los directores creativos de las 20 mejores
agencias de publicidad). Por lo que ganar un premio en Cannes es mucho más
importante que el cliente aumente su cuota de mercado.
2.
Llegar siempre tarde a las reuniones. Un creativo puntual carece de
credibilidad. Es más, si al entrar en la sala todos llevan esperándole tres
cuartos de hora no debe, bajo ningún concepto, pedir excusas sino, por el
contrario, decir: “Buenos días, sólo puedo dedicarle 3 minutos”.
3.
Cuando uno no tiene nada preparado, conviene ser el último en hablar y retomar
como propio lo que los demás han dicho. En cualquier reunión, el último en
hablar siempre tiene razón.
4. La
diferencia entre un senior y un junior es que el senior está mejor pagado y trabaja
menos. Cuanto más te pagan, más te escuchan y menos hablas. Para vender una
idea al Director del Departamento Creativo, el creativo debe SISTEMÁTICAMENTE
hacerle creer que la idea ha sido suya. Iniciar las presentaciones de forma:
“He estado trabajando sobre su idea del otro día y…” o “He recuperado tu pista
inicial y…” ayuda, sabiéndo perfectamente que es mentira. 4 bis. Otra manera de
distinguir a un junior de un senior: el junior cuenta chistes divertidos que no
hacen gracia a nadie mientras que el senior cuenta chistes nada divertidos que
hacen reír a todo el mundo.
5.
Nunca pedirle opinión a nadie sobre una campaña. Si uno le pide su opinión a
alguien, corre el riesgo SIEMPRE de que se la den. Y una vez que te la han
dado, CABE LA POSIBILIDAD que debas tenerla en cuenta.
6.
Cuando un colega creativo te pide tu opinión sobre un buen anuncio, sobre todo
no demostrar que admiras su hallazgo. Hay que decirle que no vale una mierda,
que resulta invendible, o que te recuerda algo antiguo que ya se hizo, que ya
se ha hecho mil veces. Cuando te enseñe una campaña que no valga una mierda,
decirle “me encanta la idea” y fingir sentirte muy envidioso.
Así Beigbeder nos instruye en el fantástico mundo
de la publicidad, sólo apta para personas con valores afines, eso desde mi
punto de vista.
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