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sábado

¿Qué hacer cuando “los demás” se transforman en un infierno?



De entre la variedad de personas que coexisten en los diferentes tipos de sociedades humanas, siempre han existido personas con tendencia a aislarse del común de la sociedad, esto pudiese explicarse por diversas razones, ser una persona tímida es una de ellas, pero ser tímido no es una opción.
            Entonces, ¿qué pasa cuando la persona opta por aislarse de los que lo rodean por decisión propia?, muchas personas pueden sentirse fuera de lugar, ajenos al entorno que los rodea, incomprendidos,  hasta pueden ser alejados de la sociedad por esta misma, por no encajar en los modelos sociales estereotípicos de las masas. Este sentimiento de ser diferente siempre ha molestado al ser humano, el cual busca ser aceptado por sus pares, incluso ser diferente puede ser bueno para la persona, esto, mientras haya gente diferente a su alrededor que avale su modo
de ser, pensar, expresarse, etc.
Esta persona que se siente fuera de lugar (por el motivo que sea) no encuentra reconocimiento en sus pares, y esto le genera un sentimiento de desolación, angustia y/o disgusto y el tener que convivir con los demás se transforma en un infierno. ¿Pero cómo escapar de este sentimiento indeseado?, si la posibilidad de vivir como individuo sin contacto con otros es prácticamente imposible debido a la necesidad del ser humano de estar en sociedad, ¿cómo es posible escapar de esto?.
Según yo lo veo, sólo queda una opción cuando los demás se transforman en una molestia y el día a día se transforma en una tortura, y eso es el desconectarse de la sociedad. No es una desconexión total, pero si una parcial, en la cual  la persona ha de continuar con su vida sin mayores sobresaltos, limitando la interacción con las personas indeseadas de su alrededor al mínimo posible, vivir para sobrevivir deleitándose en los pequeños placeres que los demás parecen no entender, y así seguir adelante con la esperanza de que esta situación algún día cambie. Que alguien tan diferente como esta persona aparezca en su vida y le dé aceptación a sus ideas y creencias, o pensar que quizás solo en este lugar las circunstancias son las presentes, pero que en otro lugar, todo sería completamente diferente. Si se opta por reflexionar constantemente en  la desdicha de su realidad, y excusa su actuar en la forma de ser de los demás, esta persona comenzará un camino cuesta abajo del que le será difícil volver, con alto riesgo de caer en depresión, y aún si las condiciones del entorno cambiasen a su favor, ya estaría acostumbrada a excusarse en los demás, y le sería casi imposible recuperarse, auto condenándose a una vida de infelicidad.